Septiembre es el mes en el que todo vuelve a ponerse en marcha, después de que el periodo vacacional nos haya permitido más o menos alejarnos de los estudios y de las agitadas agendas laborales. Han sido meses en los que hemos disfrutado de viajes, bodas, quedadas con los amigos.
Aunque también tengamos a una inevitable sensación de pérdida por el fin de la ociosidad, hay también un suave aire de renovación, un deseo de iniciar nuevos proyectos y de retomar el camino y empezar con buen pie hacia las infinitas posibilidades de la vida.
Antes de sumergirse en un nuevo y agotador año de trabajo, lo ideal sería tomarse un descanso extra, un pequeño lujo de bienestar necesario para recargar las pilas de cara al próximo otoño, que inevitablemente será un presagio de estrés psicofísico para el cuerpo y la mente.
Lo saben muy bien las mujeres, que a menudo se ven obligadas a dividir su tiempo entre el trabajo, la familia, la casa, los hijos, etc., con lo que pierden de vista el cuidado de su cuerpo.
Veamos los tratamientos de belleza que toda mujer debería regalarse con el cambio de estación para afrontar el largo invierno que se avecina con la energía adecuada.
Existen múltiples instalaciones fiables y certificadas centros de belleza, centros de bienestar, spas, … en las que puede confiar para recibir una merecida dosis de mimos.
La limpieza facial es una necesidad en cada cambio de estación. Limpia la piel de impurezas, células muertas y puntos negros, dejándola radiante y preparándola para posteriores tratamientos específicos que varían según las diferentes necesidades: purificantes, hidratantes, anti edad, mascarillas tonificantes, etc..
La oxigenoterapia es otro tratamiento muy importante para la renovación de la piel, especialmente indicado para quienes tienen tendencia al acné, pero útil para todo tipo de pieles por sus propiedades rejuvenecedoras y revitalizantes. Este tratamiento suele ir seguido de una mascarilla nutritiva enriquecida con vitaminas.
Si dispone de más tiempo, puede pasar un día entero en el Spa, repartiendo su tiempo entre sauna y baño turco, baño de hidromasaje, tratamiento que ayuda a la circulación sanguínea gracias a la alternancia de agua caliente y fría, ducha de cromoterapia y otros tratamientos para regenerar la piel, haciéndola más resistente a la contaminación y a los agentes atmosféricos.
En los centros de bienestar también es posible elegir entre una amplia gama de masajes corporales, según las necesidades más urgentes, podemos contar con masajes descontracturantes, holísticos, reafirmantes, antiestrés o dejarnos tentar por los que activan las papilas gustativas, como la popularísima chocolaterapia.
Por último, hay que prestar especial atención al cabello, que al final del verano aparece especialmente estresado por la salinidad y el sol. Lo ideal sería renovar el look con un nuevo corte, eliminando las puntas desgastadas por agentes externos, y optar por un tratamiento de reconstrucción de queratina, asegurándose de que no contenga agentes químicos sino única y exclusivamente elementos naturales y probados.