Hoy quiero hablarte de la importancia de la constancia para tener un rostro y un cuerpo del que puedas estar orgulloso, es decir, debemos de incluir en nuestros días pequeños pero continuos hábitos que son necesarios y fundamentales para sentirte mejor con tu cuerpo.
A todas nos gustaría llegar al ensayo del vestido o a una velada importante en perfecta forma, con un rostro radiante, un maquillaje impecable y un cuerpo sin imperfecciones, pero si no creamos las bases y no dedicamos tiempo a cuidarnos día a día, será imposible tener estos resultados.
Sólo la acción constante dará resultados.
Creo que a todas nos ha pasado, hemos probado una crema o un tratamiento estético una o dos veces y al no ver los resultados deseados, has desistido, echando a veces la culpa a la crema o al propio tratamiento. Puedo decirle que muchas personas del Instituto esperan milagros de una sola sesión. Pero en realidad hay que dar tiempo a los tratamientos para que surtan efecto, y esto ocurre con la tenacidad y la determinación de continuar. Así que puedes desconfiar de cualquiera que te prometa resultados en poco tiempo. Por desgracia, esto no es fisiológicamente posible.
Te daré un pequeño resumen para explicarte porque es imposible que sea realidad, nuestras células están en constante movimiento y necesitan tiempo para adaptarse y mejorar desde dentro, reaccionando a los estímulos que les damos desde fuera con cosméticos y tratamientos. Te invito a pensar en esto, es realmente lógico, porque si piensas en el tiempo que tarda en curar una herida, te das cuenta del tiempo que necesita el cuerpo.
Ahora te voy a explicar un poco más sobre las causas del envejecimiento de la piel y así ayudaros a entender por qué a partir de los 25 o 30 años hay que empezar a cuidarla de verdad. A partir de esa edad, la piel empieza a cambiar estructuralmente y su aspecto lentamente. Nuestro metabolismo celular empieza a ralentizarse lentamente y empieza a faltar ácido hialurónico, colágeno y elastina.
Ciertamente, los procesos genéticos de envejecimiento, para los que desgraciadamente poco podemos hacer, seguirán su curso, pero que pasaría si aquí somos las mujeres las que decidimos y tenemos el poder sobre cómo envejecemos, los factores externos, como la exposición excesiva y sin protección al sol, la falta de rutina de belleza, el tabaquismo, la mala alimentación, la falta de actividad física y una vida estresante pueden modificarse.
En definitiva, hay causas que escapan a nuestro control… no podemos retroceder en el tiempo, ni siquiera detenerlo, y causas que podemos hacer menos ofensivas, ayudando a nuestra piel a ganar unos cuantos años.
Hay muchas cosas que podemos hacer para detener el proceso o, mejor aún, ralentizarlo, como utilizar cosméticos importantes y, sobre todo, adecuados, hacer ejercicio, tomar el sol de forma protegida, dejar de fumar, comer los alimentos adecuados y confiar en tratamientos de belleza específicos y muy profesionales.
Pero una de las cosas más importantes es que lo hagas en casa: llevar a cabo una rutina de limpieza de belleza diaria que hará que tu piel esté mejor y más receptiva a todos los tratamientos necesarios, una especie de entrenador personal en casa.
El consejo más importante que quiero darte es que los pequeños pasos marcan una gran diferencia, es esencial apoyar los tratamientos de belleza específicos limpiando la piel en casa por la mañana y por la noche. El mayor error que cometemos la mayoría de nosotras es no desmaquillarnos y limpiarnos antes de acostarnos.
La constancia dará sus frutos y, junto con los tratamientos específicos, te ayudará a tener una piel maravillosa de la que podrás estar orgullosa.
Sólo así, cuando llegue el verano o cuando tengas una cena o evento importante, no estarás desprevenido y te sentirás a gusto.